lunes, 10 de junio de 2013

Caso

A continuación expondré un caso hipotético en el cual queda reflejada una situación donde un niño adopta un comportamiento disruptivo, llegando a ser agresivo con el resto de sus compañeros.
Las posibles falsas creencias de una maestra podrían ser que lo hace por molestar, que la culpa la tienen los padres o que siempre se porta igual e mal. Sería una manera de etiquetarlo. Además, lo ve como un caso perdido ya que si los padres no hacen nada por mejorar este comportamiento ella no tiene nada que hacer.
Es muy probable que la maestra única y exclusivamente se limita a llamar la atención del niño cuando adopta una conducta que perturba el correcto funcionamiento del aula. Sin embargo, cuando adopte una buena actitud pasará desapercibido y no recibirá ningún tipo de refuerzo positivo.
A todo ello, habría que añadirle que sería un niño que la maestra ignoraría por resultarle molesto, llegando a cogerle manía. Todo ello provocará una inseguridad y desconfianza en el niño que hará que su comportamiento empeore.
Además, tiene la mala costumbre de llamar la atención siempre a los mismos niños ante un conflicto delante del resto de la clase. Esta actitud hace que se produzcan muchas injusticias y que el clima de aula se vea afectado.
Para ayudar a la maestra a que cambie de actitud, lo primero que debería hacer es analizar muy bien qué tipo de conducta adopta el niño, en qué situaciones, con qué personas. Además, se deben establecer hipótesis para poder llegar a los posibles motivos por los cuales se produce este tipo de conducta y a partir de aquí, tomar decisiones y buscar posibles soluciones. Otro aspecto fundamental es el trabajo con las familias, ya que tal vez el niño esté viviendo algún tipo de alteración en casa (separación padres, mudanza, muerte de un familiar…), motivo por el cual está adoptando este tipo de comportamiento. Conocer qué es lo que realmente le sucede al niño será fundamental para actuar acorde a sus necesidades.
Es fundamental reforzar positivamente los buenos comportamientos y actuaciones, para que de esta forma el niño se sienta motivado a repetir esas conductas y poco a poco las vaya adoptando de manera global.
Si el niño está atravesando una de las situaciones mencionadas con anterioridad, el hecho de establecer una buena comunicación con las familias será fundamental para que exista una coherencia y se determinen unas pautas de actuación. Hay que saber dar las respuestas necesarias a todos y cada uno de los niños, con paciencia, actuando con profesionalidad y estableciendo un clima de confianza y seguridad emocional, ya que serán requisitos básicos para que los niños se sientan acogido y confíen en la maestra.
Hay que dejar a un lado los prejuicios y hacer un esfuerzo para dejarlos de lado, así como evitar etiquetar.
Las competencias que he trabajado con esta entrada son las siguientes:
·         Reflexiona y pondera sobre los elementos que llevan a cabo una buena actuación profesional.
·         Llega a conclusiones elaboradas a partir de la contrastación de la información recogida tanto de la teoría como de la práctica.
·         Identifica las propias creencias y concepciones; contrasta las creencias personales con las prácticas y actividades que observa en el centro.

He escogido estas competencias ya que he tenido que reflexionar sobre el caso expuesto y valorar si era o no una práctica acertada, llegando a hipótesis para identificar el motivo por el cual se producían esos hechos. Para llegar a las hipótesis he tenido que identificar las creencias que pienso que la maestra podía tener a partir de las mías propias.

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